Son inmensas cabezas meticulosamente esculpidas en bloques de piedra basáltica de alrededor de 20 toneladas por pieza. Cada cabeza es única, poseen cascos y rostros distintos. Estas monumentales obras de arte carecen de cuerpo y representan el tipo de “raza” que habitó en territorios tabasqueños e influyó en las expresiones artísticas mesoamericanas.
Arqueólogos y expertos afirman que tribus africanas jamás pusieron un pie en lo que actualmente es México ni Centroamérica; lo cual genera controversia al no poder averiguar de dónde llegaron los creadores de dichas cabezas colosales.
Éstas tienen rasgos “negroides” como nariz ancha y plana, labios gruesos, ceño fruncido, y ojos ligeramente rasgados. La apariencia física de las cabezas es violenta y de expresión desagradable pero algo que sin duda alguna ha dejado desconcertados a arqueólogos es el hecho de que en muchos objetos típicos de la cultura olmeca e ven representados varios individuos de rasa europea.
No hay duda alguna que estas colosales obras de arte prehispánico no pudieron ser fruto de la imaginación o de la casualidad ya que presentan varia similitudes con razas de diferentes continentes que no tenían contacto con América y que a pesar de su longeva edad, seguirán siendo un enigma perdido en la historia de Tabasco y de México.
Tres Zapotes, Tabasco
CABEZAS OLMECAS - ESCULTURA

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(El origen del hombre, s.f.)